Poder ver claramente las cosas que nos gustan se complica notablemente si están en juego determinados bloqueos. Es como querer ver un paisaje, y nos ponemos o nos ponen una pared enfrente. Veremos 3 tipos de bloqueos.
LOS LIMITES AUTOIMPUESTOS
Hay un ejercicios muy interesante que se llama unir las 9 bolitas.
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Primeramente la premisa es: unir las 9 bolitas con 5 líneas una a continuación de la otra.
No es demasiado complicado resolver eso, una solución podría ser:
Ahora si es complicado, unir las 9 bolitas con 4 líneas.
Si lo logran hacer son bastante genios. Prueben.
Hay un archivo anexo que se llama: “ejercicio unir las 9 bolitas” con la solución.
Si vieron el archivo habrán visto también soluciones posibles con menos líneas aún. Lo interesante del ejercicio es que nos hace ver un tipo de bloqueo importante que se podría llamar “el límite autoimpuesto”.
Nadie nos había prohibido salir de los márgenes imaginarios de las 9 bolitas.
Lo que es difícil de ver es que uno se puso el límite ante el acierto del primer problema, o sea cuando logramos unir las 9 bolitas con 5 líneas. Uno se pone límites muchas veces cuando acierta y logra algo, uno piensa “ah, es e es la forma”, y cambian las situaciones y uno quiere enfrentarla de la misma manera a cuando tuvo el acierto.
Y, por supuesto, están los bloqueos debido a fracasos en los intentos, uno deja de intentarlo. Bloqueos debido a una baja autoestima ( ver el ensayo “sobre la autoestima”). El ejercicio del hermano gemelo tiene por función poder dar una mirada a las posibilidades de nuestra vida sin tantos bloqueos.
EL TEMOR AL FRACASO
Este es un fantasma que lo complicado de luchar contra él, es que no existe. El fracaso como tal sólo existe si uno lo acepta, si uno se da por vencido y deja de intentarlo. Mientras no ocurra eso, uno sigue intentando.
Hay muchas anécdotas de los genios de la humanidad sobre este tema. Por ejemplo Thomas Edison, siguió intentando encontrar un filamento para su lamparita de luz a pesar de haber fracasado en el intento miles de veces. El decía: “ ya le he errado en muchas, pero eso me acerca al descubrimiento, ya sé miles de formas que no van ”.
Un investigador científico que está investigando en una cura para alguna enfermedad nueva, ejemplo SIDA, puede haber intentado mil soluciones, pero, mientras siga investigando y profundizando, nadie puede decir que ha fracasado. Así muera, si la información de todo lo que probó pasa a otros científicos, nadie puede decir que es un fracasado.
EL CRITERIO AJENO
¿ Qué dedo dirigirá tu vida ?
SI has respondido señalando alguno de los dedos de la mano del dibujo, no es la solución esperada. El dedo de uno mismo es siempre el que debe dirigir la vida. No vamos a hacer con nuestra vida lo que otra persona decida o piense que debemos hacer.
No es bueno cerrarse a la opinión de los demás, porque muchas veces uno ve más claro lo que le sucede al otro que a sí mismo, pero tampoco es bueno darle mayor peso a la opinión de los demás que a lo que pensamos y sentimos nosotros.
Vamos a tener que cernir lo que nos sirve y lo que no de todas las opiniones.
Hay una frase muy linda que dice: “escucha el consejo de los que mucho saben, pero también escucha el consejo de los que mucho te aman”.
En los adolescentes suele pesar mucho la opinión del grupo. lo que dice el grupo es la verdad sagrada, no es discutible, es lo máximo. Si nosotros pensamos eso, es posible que estemos tratando de complacer al grupo con nuestras decisiones y optemos por cosas poco discutibles aunque no sea lo que realmente queremos.
También está el rebelde sin causa. El que quiere chocar con el grupo y la sociedad, sin definir tampoco lo que realmente quiere hacer con su vida.
Tarde o temprano es bueno tener una visión madura, por llamarla de alguna manera, en la que, uno define lo que quiere más allá de la opinión del grupo. Y uno así decide lo que quiere y cómo lo quiere, sin necesidad de deslumbrar a nadie.